El tratamiento acústico o acondicionamiento acústico de un estudio consiste en el uso de materiales y técnicas diseñadas para controlar cómo se comporta el sonido dentro de un espacio cerrado. Su objetivo es minimizar los efectos negativos de las reflexiones, resonancias y ondas estacionarias, logrando así una reproducción de sonido más precisa.
A diferencia del aislamiento acústico, que se centra en evitar que el sonido entre o salga de una sala, el tratamiento acústico mejora la calidad del sonido dentro del espacio.
Componentes del tratamiento acústico
El tratamiento acústico se centra en controlar varios problemas que pueden afectar negativamente a la calidad del sonido en un estudio de grabación:
- Reflexiones tempranas
- Reverberación
- Ondas estacionarias
- Frecuencias graves
Para abordar estos problemas, el tratamiento acústico se basa en tres elementos principales:
Paneles absorbentes
Los paneles absorbentes están diseñados para reducir las reflexiones del sonido en las superficies del estudio. Están hechos de materiales como espuma acústica, fibra de vidrio o lana de roca, que convierten la energía sonora en calor, disminuyendo así las reflexiones.
Los paneles absorbentes deben colocarse en puntos estratégicos conocidos como los puntos de primera reflexión. Estas son las áreas de las paredes y el techo donde las ondas sonoras reflejan directamente desde los monitores hacia el punto de escucha. Cubrir estos puntos ayuda a reducir las reflexiones tempranas que pueden interferir con el sonido directo.
Para un control efectivo de las reflexiones, los paneles deben estar distribuidos uniformemente por toda la sala, no solo alrededor de los monitores, sino también en las paredes traseras y laterales, y en algunos casos, en el techo.
Trampas de graves
Las trampas de graves son paneles o dispositivos especializados diseñados para absorber las frecuencias bajas, que suelen ser las más problemáticas en los estudios. Debido a la longitud de onda más larga de las frecuencias graves, estas tienden a acumularse en las esquinas de las habitaciones, generando ondas estacionarias y resonancias indeseadas.
Las trampas de graves se colocan comúnmente en las esquinas de la sala (tanto en las esquinas entre paredes como en las esquinas entre paredes y techo). También pueden colocarse en las paredes traseras o laterales donde las ondas estacionarias pueden acumularse.
Están hechas de materiales densos y porosos, como la fibra de vidrio o lana mineral, que son altamente efectivos en absorber frecuencias bajas (por debajo de 200 Hz).
Difusores
Los difusores no absorben el sonido, sino que lo dispersan en varias direcciones. Esto ayuda a evitar que las reflexiones de las ondas sonoras se acumulen en puntos específicos de la sala, mejorando la claridad y la sensación de espacio. Los difusores son especialmente útiles en las frecuencias medias y altas.
Los difusores están diseñados con patrones geométricos o superficies irregulares que esparcen las ondas sonoras. Los más comunes son los difusores de teoría de residuo cuadrático (QRD), que consisten en una serie de cavidades de diferentes profundidades.
Los difusores suelen colocarse en la pared trasera detrás del punto de escucha, donde ayudan a dispersar las reflexiones que de otro modo podrían crear reverberaciones no deseadas o coloraciones en el sonido.
Pasos para implementar el tratamiento acústico
1. Medición del espacio
Antes de implementar cualquier tratamiento acústico, es esencial analizar y medir la respuesta en frecuencias de la sala. Esto te ayudará a identificar las áreas problemáticas y a decidir qué tipo de tratamiento necesitas y dónde colocarlo.
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Software de medición acústica: Utilizar un software como Smaart, Room EQ Wizard (REW) o Dirac Live puede ayudarte a mapear las frecuencias problemáticas y las reflexiones en tu estudio.
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Micrófonos de medición: Los micrófonos de medición se utilizan para captar el comportamiento de las ondas sonoras en la sala. Esto te permitirá detectar puntos donde las frecuencias graves o altas están amplificadas o atenuadas.
2. Colocación en los puntos de primera reflexión
Las primeras reflexiones son las que más afectan a la claridad del sonido en el punto de escucha. Para determinar los puntos de primera reflexión en tu sala, puedes seguir este sencillo método:
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Método del espejo: Pide a alguien que mueva un espejo por las paredes laterales mientras tú te sientas en la posición de escucha. Cuando veas el reflejo del monitor en el espejo, sabrás que esa es una zona de primera reflexión, y allí es donde debes colocar los paneles absorbentes.
3. Tratamiento de las frecuencias bajas
El control de las frecuencias graves es una de las partes más desafiantes del tratamiento acústico. Las trampas de graves son imprescindibles en las esquinas, pero también puedes necesitar tratamiento adicional en paredes traseras o techos si tu sala tiene problemas graves de resonancia.
Si tu sala tiene problemas con frecuencias muy bajas (por debajo de 80 Hz), puedes considerar la instalación de trampas resonantes, que están diseñadas específicamente para absorber estas frecuencias problemáticas.
Presupuesto y consideraciones
El tratamiento acústico no tiene que ser costoso para ser efectivo, pero un presupuesto más alto permite una mayor personalización y mejores materiales. A continuación, algunas recomendaciones basadas en diferentes presupuestos:
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Presupuesto bajo:
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Paneles absorbentes DIY con materiales accesibles como espuma acústica o paneles de fibra de vidrio de bajo costo.
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Trampas de graves caseras, utilizando lana mineral o espuma densa.
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Presupuesto medio:
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Invertir en paneles absorbentes comerciales de mayor densidad y trampas de graves especializadas.
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Incorporar difusores en la pared trasera del estudio para mejorar la claridad del sonido sin absorber demasiado las frecuencias altas.
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Presupuesto alto:
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Paneles de absorción acústica de gama alta con propiedades optimizadas para la absorción de diferentes frecuencias.
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Trampas de graves especializadas y difusores QRD personalizados.
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Una vez que hemos visto cómo el tratamiento acústico mejora las condiciones de un espacio para lograr una acústica óptima, es momento de centrarnos en la microfonía. La elección y colocación adecuada de los micrófonos es esencial para captar el sonido con precisión, aprovechando al máximo las mejoras logradas en el entorno acústico.