La línea ferroviaria que conecta Tokio y Osaka es una de las más concurridas del planeta, pero en su historia había un obstáculo importante: el ruido. Este problema se resolvió gracias a la inspiración que un ingeniero encontró en el pico de un pájaro, lo que revolucionó el diseño de los trenes para siempre.

Desde su inauguración en 1964, coincidiendo con los Juegos Olímpicos de Tokio, hasta el 2010, la línea de alta velocidad Tokaido Shinkansen transportó a la asombrosa cifra de 5.000 millones de pasajeros. Era rápida, cómoda y puntual, pero cuando los trenes alcanzaban cerca de 300 km/h y entraban o salían de los túneles, generaban un estruendo que se escuchaba a 4 kilómetros de distancia.

Este ruido era causado por la acumulación de ondas de presión frente al tren a medida que pasaba por los túneles que se iban propagando a través del túnel a la velocidad del sonido, dando lugar a un estampido sónico del túnel a la salida. Cada pequeño aumento en la velocidad amplificaba este sonido de forma exponencial, lo que representaba un desafío enorme.

Imagen de archivo del ruido de un tren al salir de un tunel

En la década de los 90, un grupo de ingenieros recibió la misión de diseñar un tren que no solo fuera más rápido y eficiente, sino también más silencioso, sin comprometer su velocidad ni aumentar el consumo de energía. Entre estos ingenieros estaba Eiji Nakatsu, un apasionado observador de aves y miembro activo de la Sociedad de Aves Silvestres de Japón.

Inspirado por su afición, Nakatsu se preguntó si en la naturaleza existía algún animal que enfrentase un desafío similar al de los trenes al entrar en túneles. Y efectivamente, había uno: el martín pescador. Este pájaro es conocido por zambullirse en el agua a alta velocidad sin apenas salpicar, y la clave de este logro está en la forma de su pico.

Imagen de archivo de un martin pescador entrando en el agua

Con esta idea, los ingenieros rediseñaron la parte frontal del tren para imitar la forma del pico del martín pescador. Los resultados fueron sorprendentes: el nuevo diseño no solo redujo significativamente el ruido, sino que también permitió un ahorro del 15 % en el uso de electricidad, incluso cuando el tren viajaba un 10 % más rápido.

El 22 de marzo de 1997, el Shinkansen de la serie 500 entró en operación, estableciendo un récord mundial de velocidad con 300 km/h y reduciendo el tiempo de viaje entre Shin-Osaka y Hakata en 15 minutos. Así, un pequeño pájaro no sólo resolvió un gran problema en Japón, sino que también redefinió para siempre el diseño de los trenes.

Imagen de archivo de un martin pescador entrando en el agua